Y soñaba.
Soñaba en azul,
verde,
amarillo
y algo de rojo.
Después despertaba y transformaba sueños en historias
sobre un cuaderno.
Un día empezaron a pagarle por el gris.
Vendió el cuaderno.
A veces levanta la cabeza y mira a su alrededor,
le falta algo,
no recuerda qué.
Todo está en blanco y negro.